La oscura historia de un Imperio
Capitulo 1: Profecía
El Oráculo de Banderbill meditaba. La gente esperaba para escuchar sus palabras.
Entonces, el Oráculo se levantó y dijo:
-He aquí la profecía de los Dioses! – Y cambiando su voz a un tono retumbante dijo – Nacerá
un guerrero en una ciudad lejana, que acabará con el Odio y la Guerra.
Su poder y valentía no podrán ser superados por nadie. Nacerá de la
unión de dos naciones, y será coronado como Rey y Señor de estas
tierras.
La gente lo escuchaba desconcertada. Muchas veces el Oráculo era difícil de entender.
Sin embargo, aplaudieron su Sabiduría.
Luego de esto, todo el Imperio esperó al elegido.
Capítulo 2: Entrenamiento
En una casa de la ciudad de Nix, hablaban Skaeler y su hijo Westron.
-Hijo,
es momento de que comiences tu entrenamiento. Pronto cumplirás los 9
años y debes aprender a defenderte en casos de emergencia – dijo
Skaeler.
-¿Dónde entrenaré, padre? – preguntó Westron.
-Iremos
a las catacumbas de la ciudad. Allí habitan arañas gigantes y orcos.
Las arañas son difíciles de vencer, y sus golpes son letales, por lo que
comenzaremos con orcos.
Partieron a las Catacumbas de Nix, cuya entrada se encontraba escondida detrás de una roca en el puerto de aquella ciudad.
Dentro,
encontraron mucha gente entrenando. Había guerreros asestando golpes
por doquier y magos inmovilizando y lanzando hechizos.
-¿Cómo entrenaremos con tanta gente por aquí, padre? – quería saber Westron. Se sentía desconcertado. Sería imposible conseguir una criatura libre.
-No será sencillo, pero algo encontraremos – respondió su padre.
Luego de un tiempo buscando, encontraron un orco solitario, en una esquina del lugar.
Entonces, Skaeler dijo:
-HOAX VORP – el orco quedó paralizado – Adelante hijo, atácalo.
Al instante Westron lanzó su espada, cortándole la cabeza al orco.
-Muy
bien. Bastante bien para tu primera criatura – dijo Skaeler – Mañana
seguiremos. Buscando orcos nos tomó todo el día con todas estas
personas.
Volvieron a su hogar, y el pequeño le contó todo a su madre.
Capítulo 3: Invasión
Al día siguiente, Westron volvió a las catacumbas. Quería entrenar y ser fuerte.
Su padre le había enseñado como paralizar criaturas, y le había dado una espada nueva.
Encontró un grupo de orcos y…
-HOAX VORP! – quedaron paralizados.
Al instante se lanzó y acabó uno a uno con todos.
Al final del día, había aprendido mucho del Combate con Armas. Cuando volvió a su casa, cenó, se acostó, y soñó con su futuro.
En la mañana, su padre lo despertó diciendo:
-Vamos hijo! Debemos darnos prisa.
-Que sucede, padre? – Preguntó Westron.
-Hay una invasión de criaturas en la ciudad. Es tu oportunidad de entrenamiento – respondió éste.
Westron se vistió, agarro su espada y su escudo y siguió a su padre.
Cuando
llegaron al puerto, vieron lo que buscaban. Habían orcos, arañas,
lobos, elementales y más. La gente los combatía de forma feroz, pero
parecía que perderían.
-HOAX VORP! – gritó Westron, y se lanzó a la batalla.
Cada
vez que encontraba a una bestia cerca, inmediatamente descargaba su
espada sobre ella. Al final, la tierra estaba llena de sangre de
criaturas.
No había muertos, solo algunos heridos.
-Increíble,
señor! Su hijo es muy habilidoso con la espada. Quiero recompensarlo
con mil monedas de oro por su ayuda al pueblo – dijo un señor cerca de
Skaeler.
-Muchas gracias, alcalde. Es usted muy amable – respondió el padre del joven.
Con el dinero obtenido, Westron compró una espada de plata, nueva y reluciente.
Entrenó todos los días, y fue pasando el tiempo…
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